La Vida de Hadrat Pir Nureddin Al-Jerrahi

Que su alma sea santificada.

El fundador de la linea Jerrahiyya de la orden Jalwatiyyah es Pir Nureddin al-Jerrahi, que su alma sea santificada. Su honorable padre fue Sayyid A’bdullah ibn Muhammad Husamuddin, de Estambul. Y por parte de su padre era descendiente de Hadrat Iman al-Husayn (r.a.a.). Por parte de su madre era descendiente de Hadrat U’bayda ibn Yarrah (r.a.a.) uno de los diez compañeros del Profeta (s.a.w.s.), cuya entrada al Paraíso fue anunciada por el Profeta (s.a.w.s.) en este mundo.

Nació antes del mediodía del lunes doce de Rabi’-al-Awwal, del año 1089 de la Hégira (c.4 de mayo de 1678), en la casa familiar, Yagcizade Konagi, que todavía existe hoy día, en ruinas, frente a la mezquita de Cerrah Pasa en Estambul. El Sheij al-Islam de la época, Mehmet Molla Efendi, se ocupó personalmente de la educación de este niño extremadamente dotado. Desde su primera infancia fue educado por los mejores maestros de Estambul. Se cuenta que muy al principio de su instrucción, aprendió el arte de la recitación de la mano del famoso sabio Yusuf Efendi. Y a escribir poesía de la mano del ilustre poeta Nabi.

Cuando tenía diecinueve años, en el 1108 de la Hégira (1696-7), terminó la escuela de derecho con honores y fue designado Ministro de Justicia (Qadi) de Egipto, que era entonces una provincia del Imperio Otomano. El día de su partida a Egipto, en barco, se desencadenó una terrible tempestad, de modo que se retrasó la salida; mientras tanto se fue a visitar a su tío materno, Hayyi Husein Efendi, que era un alto oficial de la Corte Otomana.

Tumba del Pir Nureddin Al-Yerrahi

Hayy Husayn Efendi vivía en una casa sobre la colina llamada Toygar en Uskudar. Enfrente de su casa estaba la dergah principal de la rama Jalwatiyya de la orden Jalwati, fundada por Hadrat Pir Selami, que su alma sea santificada. En aquel tiempo el sheij era al-Hayy A’li A’lauddin al-Jalwati Kostendili. Para animar al joven Nureddin hacia el camino del sufismo, su tío le propuso llevarlo a la dergah de enfrente esa misma noche.

Cuando el joven entró en la presencia del Sheij A’lauddin Kostendili, el sheij, que jamás lo había visto antes, le saludó personalmente: «Bienvenido, mi hijo Nureddin». El joven Nureddin notó de inmediato que el sheij sabía cosas que para otros estaban ocultas. La ceremonia del dhikr, después de la oración, le afectó tan profundamente que dejó su sitio entre los huéspedes y se unió al círculo de los derviches. Durante el dhikr experimentó un éxtasis total. Un inmenso amor y el deseo de unirse al sheij le hicieron arrojarse a sus pies y pedirle que le aceptara como derviche.

Hadrat A’lauddin Kostendili le ordenó que abandonara el mundo y Nureddin envió a su mayordomo Yusuf Efendi para que devolviera las órdenes reales que le habían designado como qadi de Egipto. Después mando una nota a su mujer para que se mudara a casa de sus padres. Pidió a todos que le consideraran como muerto y que sus pertenencias fueran distribuidas entre sus herederos. Y después de quitarse su ropa mundana y hacer ablución, se puso el manto de los derviches.

El joven derviche fue puesto en retiro donde pasó cuarenta días ayunando y practicando el ejercicio religioso del «chille». Después se le permitió regresar a su casa para llevar una vida simple de devoción y seguir a su sheij, lo que hizo durante siete años.

En el 1115 de la Hégira (1703-4), a la edad de veintisiete años, fue declarado sheij. Su maestro le dio la corona, el manto y el bastón de la orden; y le mandó a enseñar a Karagumruk en Estambul, donde la tekke principal de la orden Jerrahi se encuentra hoy día.

También le dieron a Hazreti Pir Nureddin al-Jerrahi dos compañeros. Los dos muchos mayores que él, Hadrat Sulayman Waliuddin y Hadrat Muhammad Husamuddin.

Por esa época, Ismail Efendi, el muezzin de la mezquita Canfeda Hatun de Karagumruk, tuvo un sueño. En el sueño, el Mensajero de Allah (s.a.w.s.) le anunció la llegada de Hadrat Pir y la apertura de una dergah, cuyo día de reunión sería los lunes. (Las reuniones eran los Lunes antes de la apertura del nuevo dergah). Le pidió a Ismail Efendi que construyera una habitación de retiro en la mezquita. El muezzin, habiendo terminado la habitación, se puso a esperar a Hadrat Pir Nureddin en la calle.

Hadrat Pir tomó el barco desde Uskudar a Balat, que en ese tiempo era un barrio judío de Estambul, y con sus dos compañeros anduvo una larga distancia hasta Karagumruk. Cuando pasó frente a la mezquita de Canfeda Hatun, Ismail Efendi lo vio: «¿No eres tu Nureddin al-Jerrahi?», preguntó el muezzin reconociéndolo.

¡Si!, contestó Hadrat Pir. ¿Y no eres tú el muezzin Ismail, que nos estaba esperando?

Ismail Efendi le dio la llave de la habitación y allí Hadrat Pir y sus dos compañeros pasaron muchos días en ayuno y retiro.

(La mezquita de Canfeda está junto al actual dergah Jerrahi. La habitación de retiro estaba entrando a la derecha. Antes era costumbre de los sheijs jerrahis hacer la oración del I’d en esta parte de la mezquita. Después pasó a ser el sitio de las mujeres; durante el mes de Ramadán las mujeres Jerrahis hacían allí el Tarawih)

Cuando Hadrat Pir y sus derviches dejaron su retiro para hacer la oración en jamáa’ (congregación), como era costumbre, una gran cantidad de gente se unió a ellos. Por las tardes mucha gente participaba en el dhikr de Allah.

Al otro lado de la calle, vivía Hayy Molla Efendi, un ex–primer ministro, que era muy devoto de Hadrat Pir. Tenía costumbre de mandar comida para romper el ayuno. Sin embargo, junto al jardín de la mezquita estaba la casa de Tahtabasi Bekir Efendi, quien se quejaba públicamente de los «ruidos y gritos de los derviches». Y un viernes después del «jutba» insultó en voz alta a Hadrat Pir.

Este le escuchó y tranquilamente se fue al retiro. El mismo día Tahtabasi Bekir Efendi se cayó por las escaleras de su casa y quedó paralítico. Tan pronto como recobró el conocimiento, se dio cuenta de la causa de su desgracia. Mandó una nota a Hadrat Pir para que viniera y rezara por él. Pir Nureddin fue desinteresadamente al hombre rico, quien le pidió perdón. Le perdonó y rezó por él. Cuando ya se iba, Bekir Efendi preguntó, si en caso de que se muriese, Hadrat Pir podría darle su última ablución y guiar la oración de su entierro.

Tres días después murió y de acuerdo con su último deseo, Pir Nureddin oró en su entierro. ¡Oh gente!, dijo, yo he perdonado a este hombre y atestiguo que ahora se ha convertido en un hombre bueno. Os pido a todos vosotros que declaréis lo mismo.

Molla Efendi, el ex –primer ministro, respondió diciendo: » Oh tu que eres el Qutb de este mundo, si tu atestiguas por este hombre, nosotros también atestiguaremos que es un buen hombre.»

(Molla Efendi había leído el Tabaqat al- awlaya, de Iman Sharnubi, escrito unos trescientos años antes, que predecía la llegada de Hadrat Pir).

Cuando murió Bekir Efendi, sus herederos pusieron su casa a subasta y Hadrat Pir mandó una nota al subastador diciendo que pagaría el último precio, sin importar lo que fuera.

Esa noche, el Sultán Ahmet III soñó que el Profeta (s.a.w.s) la ordenaba comprar la casa para dergah de Hadrat Nureddin. La misma noche, el guardián del harem del sultán, al-Hayy Bashir Agha, soñó que Hadrat Pir le preguntaba por aquella casa. A la mañana siguiente, el sultán y Bashir Agha se contaron mutuamente sus sueños. El sultán decidió mandar trescientas monedas de oro para la adquisición de la casa. El dinero se le dio a Yahya Efendi, uno de los imames reales, quien se lo llevó a Hadrat Pir.

Yahya Efendi se quedó pasmado en la presencia de Hadrat Pir. Un amor inmenso surgió dentro de él. Hadrat Pir levantó el borde de la piel en donde estaba sentado y le mostró al emisario una enorme cantidad de dinero. «Como ve usted, nosotros no necesitamos dinero», dijo. «Unicamente deseamos abrir nuestra dergah».

Yahya Efendi devolvió el oro al palacio, dimitió como Iman real y se hizo derviche de Hadrat Pir.

La casa del mal vecino fue comprada y echada abajo. La dergah que aún existe hoy en día, fue construida por el Sultán. En su inauguración Hadrat Pir recitó el siguiente hadiz:

«Man adha´jarahu warrazahu Llahu dirayahu.»

«Si alguien atormenta a su vecino, Allah le dará su casa al vecino».

Este hadiz se puede encontrar hoy día grabado frente a la entrada principal de la tekke.

La inauguración de la dergah fue un jueves, el día de Mi’raj, el 27 de Rajab del 1115 de la Hégira (c.6 de Diciembre de 1704).

Durante ese mismo año, Hadrat Pir recibió por inspiración divina los Nombres Divinos, recitaciones y oraciones particulares para él, el wird-ikabir-i sabahiyyah y el wird- saguir-i masa’iyyah, el adab y las reglas de su rama particular de la Orden Jalwati.

El honor que le fue concedido a Hadrat Pir, fue anunciado trescientos años antes en el tabaqat al-Awliya, que había leído Molla Efendi. Este libro, «Rango de los santos», fue escrito por el sheij iman Ahmed ibn U’zman Sharnubi, el Jalifa y yerno del Qutb Hadrat Pir Ibrahim Dusuqi. Una copia manuscrita se encuentra en la Biblioteca Fath. El pasaje dice lo siguiente:

«Sayyid Nureddin Jerrahi, es de Estambul y aparecerá en el 1115. Vivirá 44 años. Uno de sus milagros será que verá su estación en el cielo mientras está en este mundo y entrará en el Paraíso directamente después de su fallecimiento. Los du’as (oraciones) de aquellos que le visitan y de aquellos que rezan en su presencia, son aceptados por Allah.»

El signo de que Hadrat Pir Nureddin al-Jerrahi es uno de los habitantes del Paraíso es que está enterrado con la cabeza bajo los pies de su madre. Un hadiz dice:

«El Paraíso está bajo los pies de las madres.»

Un lunes por la tarde, en el I’d al-Adhá, del año 1133 de la Hégira (c.28 de julio de 1721), abandonó este mundo para encontrarse con su Señor.