Consejos de Sabios
Un Verdadero Ser Humano... Bawa
Muhaiyaddeen
Reportaje por Carroll Nash <<volver
Dr
Carroll Nash: Sr. Bawa Muhaiyaddeenn, ¿Nos podría
hablar usted de algo que nos sea útil, tanto a otras personas
cómo a mí?
Bawa
Muhaiyaddeen: Sí: Que la verdad de Alah no puede ser destruida
por nada. Este es el poder de Dios, Su Belleza. Estas cualidades,
Su justicia, Su paz y Plenitud.
El amor y la compasión que Él otorga, sin ego, sin
el "yo". Individualmente Él otorga Su gracia a
todos, y nada para el mantenimiento de Él mismo. Este es
el poder que Él otorga a toda su creación, cómo
la tolerancia, la paciencia, la tranquilidad, y la compasión.
Sin ira.
Se otorgan todos los alimentos, y sustento, a cada una de las creaciones
de Dios, de acuerdo a sus necesidades y deseos. Nuestro deber, nuestro
único deber, es tener las cualidades de Dios dentro de nosotros
mismos. Nosotros debemos adquirir las tres mil cualidades de Allah,
que son Su poder Divino.
Si
se puede amaestrar un tigre, y agudizar su intelecto, se le puede
enseñar que no es para atacar y matar a otras vidas. Sí
se puede entrenarlo para comer nada más que la comida que
se da, entonces, ya no salta hacia los demás.
No
causar daño a ninguna criatura de Dios, Su creación.
Es la cualidad que primero tenemos que aprender y adquirir, dentro
de nosotros mismos y, a continuación, enseñar a los
demás.
Dios
no tiene forma. Él no tiene sombra. No hay nada que se compare
a Él. Él no tiene ni esposa, ni hijos. Él no
es ni oscuridad ni luz. Él no es cómo el sol, ni cómo
la luna, ni las estrellas. Dios es Uno, El poder. Un poder que es
capaz de controlar y someter a todos los demás poderes. Desde
un átomo a la totalidad de los universos. Este es un poder
que está dentro de todas las cosas. No tiene nada a su par,
no hay sombra, no necesita ayuda. Es Uno que está solo, el
original. Este es un punto, un poder, que no tiene ni principio
ni fin. El idioma no es para él, ni tampoco tiene una religión.
No posee una carrera, no hay colores, negro o blanco. No tiene hijos,
ni esposa, ni esposo, ni preferencias por herencia, sangre, color
o posesión. Este es un poder, un punto que está dentro
de cada creación.
Este
Poder no tiene boca, no habla con la lengua y, sin embargo, a través
de la boca el poder es dicho. No tiene ojos, sin embargo es visto
a través de la observación de nuestros ojos. Este
poder no tiene oídos, sin embargo, está en los sonidos
que oímos con nuestros propios oídos. No tiene nariz,
pero a través de nuestro olfato sentimos su fragancia. No
tiene manos, sino que el poder hace de la mano la agencia para dar
y recibir. Este poder no tiene pies ni piernas, pero camina a lo
largo de todos los universos. Tal es el Poder.
La
mente no puede ver este poder. La mente tiene la forma de un demonio.
La tierra, el fuego, el agua, el aire y el éter son la forma
del demonio. Ésta es la esencia de los elementos, la forma
de espíritus o vapores, la forma de deseos e ilusión.
Es por esto que la mente y el deseo no pueden rezar a Alah. Alah
es un tesoro que trasciende la mente y el deseo.
Sí queremos ver y darnos cuenta del Tesoro, entonces tenemos
que entender y conocernos nosotros mismos. Sólo la sabiduría
puede comprender este Tesoro. Y si queremos comprender a Dios, entonces
debemos adquirir Sus cualidades dentro de nosotros mismos. Estas
cualidades crean una forma diferente dentro de nosotros, la forma
de Su belleza. Dios nunca puede ser visto. Él es Dios, tales
son las cualidades de su belleza, y la luz que irradia a través
de esas cualidades es Poder. Estas, Sus cualidades, son Su forma
y esta luz es Su poder. Ese es Dios.
Tenemos
que tratar de desarrollar esa forma dentro de nosotros mismos. “Yo
no soy”, entonces no hay nada. "Yo no soy", entonces
Dios es.
Él
ejecutará todas las cualidades que desarrollamos, todas las
acciones. Sí Sus cualidades son dentro de nosotros, entonces
esa forma llegará y no habrá 'Yo'. El poder que proviene
de esa forma interna es de Alah. Quien quiera que haya sido tomado
por las cualidades de Dios y ha asumido esa belleza y esa forma
será el príncipe de Dios, Su hijo. Después
él no es nada-no existe un "yo". Los elementos
de la tierra; fuego, agua, aire, éter han muerto a causa
de Él.
Mente y deseo han salido de él y las cualidades de Dios han
entrado en él. Su belleza es la belleza de Dios, y él
es el príncipe de Dios. El Poder se encuentra con y dentro
del príncipe de Dios, que es el heredero del reino, de Su
reino. Nuestro deber es, primero desarrollar esas cualidades en
nosotros y luego enseñar sabiduría a través
de esas cualidades.
Hay
siete estados de sabiduría o de la conciencia:
-
Sentimiento.
- La conciencia.
- La inteligencia.
- La capacidad de juicio.
- La sabiduría.
- La sabiduría divina analítica.
- La sabiduría divina luminosa.
Es
con estos siete estados de conciencia que hay que inscribir Alah.
Dios no puede ser visto a través de la conciencia, ni puede
ser visto a través del intelecto, ni comprendido vía
aprendizaje, ni a través de la religión, las sectas,
o los idiomas; ni siquiera a través de las oraciones ofrecidas
por la mente y o él deseo. Sólo Dios puede ver a Dios…
Sí
sólo Dios puede ver a Dios, ¿qué es Dios? Dios
es Su cualidades. Es las cualidades divinas que se llaman 'Dios'.
Si la forma de Sus cualidades se desarrollan dentro de uno, entonces
Dios es allí. Él es allí. Es a través
de estas cualidades que Dios está viendo a Dios. Uno toma
la forma de Dios y Dios es visto a través de esta forma.
Lo que tenemos que hacer es aprovechar ésta forma de las
cualidades de Dios dentro de nosotros mismos y, a continuación,
enseñar esas cualidades a los demás. Esto es lo que
usted debe hacer, mi hijo.
Dr Nash: ¿Tiene usted un gurú, o un maestro?
Bawa
Muhaiyaddeen: Sí. Estoy muy viejo, en años. Mi profesor
no habita en el mundo. En cualquier momento, en cualquier eventualidad
que es necesario, la adecuada respuesta se dará.
Esto
es muy, muy difícil para todo el mundo, obtener esto. Alguien
como un maestro debe tener la benevolencia de Dios para recibir
esto. En cuanto a mi, no puedo hablar…
Quien desee intervenir debe preguntar. Sí desea hacer uso
de la palabra de Dios, entonces es Dios quien debe hablar. Si desea
hacer uso de la palabra de los profetas, los profetas son quienes
deben hablar. Sí es Gabriel (AS) quien tiene que hablar,
entonces es Gabriel (AS) quien debe hablar. Y si hacen Uso de su
palabra, debemos tener la sabiduría para entender lo que
dicen…
Sí Jesús (AS) es quien debe habla, es Jesús
(AS) quien debe hacer uso de la palabra, si es Moisés (AS),
es Moisés ( AS), quien tiene que venir, y hablar. Luego si
existe alguna falla en lo que se dice, si hay algún error,
entonces la responsabilidad es de ellos. También si hay alguna
ganancia en el mismo, es de ellos.
Si
Rasululah s.w.s. debe hablar, es él, él mismo, quien
debe hablar. También así con Adán, Noé,
David, o Abraham, la paz Sea con todos ellos. Ellos mismos deben
venir y hablar. Cada uno, cualquiera que sea, tiene que venir y
hablar desde él mismo. Las palabras vienen como un sonido
que pasa por un micrófono. Yo no tengo nada que ver. “Yo”
es nada. La forma en cada uno de ellos habla y cuenta su historia.
Yo no quiero los elogios o las culpas. Nosotros debemos completar
el deber que hemos de realizar. Este es el camino.
En
un momento el mundo te golpea, en otro momento puede dar un título,
y luego en otro momento se hablará mal de ti. En un momento
serás exaltado por el mundo, y en la siguiente el mundo te
tirará al suelo. Nosotros… Usted no debe depositar
su fe en el mundo y cultivar los elogios mundanos o las culpas.
El
mundo lo levantará alto, le avisará que hay frutos
en la parte superior de un árbol, si usted no puede subir,
le dará una alta escalera, e incluso lo empujará hasta
el árbol, y lo ayudará a subir a su copa. Luego cuando
usted esté bien alto, una vez que esté en la parte
superior, el mundo le quitará la escalera... Luego ¿cuál
es su posición? Usted está en la parte superior del
árbol, usted no sabe cómo bajar, y la escalera ya
ha sido removida. Lo mucho que el mundo lo ha exaltado es la misma
distancia que tiene que caer abajo. Esto es lo que el mundo le ofrece
a usted. Nosotros no podemos colocar toda nuestra creencia en esto,
tampoco hay que depender de ella y subir a la copa del árbol.
Sí podemos permanecer en la parte inferior, es gracias a
Alah, y entonces no encontraremos este peligro.
Si
una abeja fuera a caer en el fuego ¿qué pasaría?
Se convertirá en parte del fuego. Ella no podría salir
del fuego, se ha convertido en el fuego ella misma. El fuego ha
consumido la abeja. Sí la abeja no entrara en el fuego, si
no se quemara, entonces todavía existiría. Puede volar
cerca del fuego o permanecer lejos, pero todavía va a existir
aquí, en este mundo. ¿Donde más estaría
para que sea?
El
hombre no es realmente esta forma externa, esta forma corporal que
ve. Él interior del hombre es las cualidades de Dios, una
forma independiente de la forma externa. Interiormente el alma sin
sombra, que entró como un rayo de Dios, de ese gran poder.
No tiene forma ni sombra, y no se puede descubrir por la ciencia.
Todo tiene una sombra, pero no el alma. Dios no tiene sombra, la
verdad no tiene sombra, y la sabiduría no tiene sombra. Este
es el tesoro de Dios, Dios-Verdad. Es independiente de la masa de
tierra, fuego, agua, aire y éter. Esto pertenece a la ilusión,
o maya, al mundo terrenal, a la noche y la oscuridad. Es brillante,
es escenas, es un acto, y es velos. Una forma es la noche y otras
son luz. Uno es lo falso y otro se la verdad. Uno es sopor y otro
es el fulgor de la sabiduría.
El
órgano externo se refiere a la tierra misma. Es sólo
un almacén cooperativo con cinco accionistas. Pero el verdadero
hombre es una sección separada de esta tienda cooperativa.
Él es la sección del Hombre-Dios, Dios-Hombre, que
contiene el poder de Dios. Ese poder, ese órgano, la oración
y la devoción verdadera, todos pertenecen a una sección
separada.
Dentro
de la creación de Dios hay múltiples cosas: cabras,
toros, tigres, leopardos, leones, ratones, pájaros, y serpientes.
Cada uno tiene sus propias cualidades, sus propios y peculiares
sonidos y acciones. Dios es un gran científico, un gran artista.
Y un mago. Él es un erudito, el Poeta de poetas, la gnani,
el que posee la Divina Sabiduría. El Realizador de todas
las cosas, Dios es el padre quien da la explicación y la
vida entera. Desde Su tesorería, él es Capaz de hacer
todas las cosas. Él es el que ha visto y conocido todo. Él
ha visto el comienzo de los comienzos (anathi), y el amanecer de
luz (athi). Dios posee el poder con el cual no hay comparación
posible en ninguna parte. Él se celebra a sí mismo
dentro de la enorme hacienda. Él tiene dentro de sí
mismo la totalidad de la comprensión de la gracia, de la
creación, de todas las ciencias y artes, de la ignorancia,
la ilusión, y la riqueza de este mundo y los dieciocho mil
universos. Nada puede estar por fuera de Su hacienda. Todos los
aprendizajes de la tierra, el fuego, el agua, el aire y el éter;
de los colores, reluce, luces, y la ilusión que hay dentro
de la tesorería.
Dios
sabe las competencias de cada átomo y las explicaciones y
los significados de todas y cada una de las cosas. Él tiene
experiencia de todo lo que se trate de la astrología, la
tierra, o los nacimientos. Es sólo Dios quién comprende
la claridad de todas y cada una de las cosas. Ha creado todas las
cosas destilado y re-destilado, purificado y vuelto muchas veces
y, a continuación, creado en el hombre el ser humano que
Dios hizo. El resultado de ese proceso de templado y destilado,
purificado y colocado dentro Sus cualidades, es el hombre.
Después
de haber colocado Sus cualidades en el hombre, Dios dijo: "¡Yo
soy el secreto del hombre y el hombre es Mi secreto!, he puesto
en él toda mi hacienda. Él es mi riqueza, mi banco.
Dentro del hombre, he puesto todo mi poder. Él es mi riqueza,
y Yo soy su abundancia…
Sí hay algo que se pueda realizar de mí, es sólo
el hombre. Sí hay algo que puede aprender Mi conocimiento,
no es más que el hombre. Y si el hombre es capaz de darse
cuenta de Mi conocimiento, entonces él es Yo y Yo soy de
él. Todo Mi tesoro y toda Mi belleza es el hombre por dentro,
y su belleza está dentro. Él es mi banco. La riqueza
que se necesita de mí, y me he puesto a mi mismo dentro de
él. Dentro del hombre está la riqueza, él mismo
debe gastar de Mi banco. Es él quien debe dar sucesivamente
de mi gracia" Así Dios ha dicho…
Cuando
la estación de la divina sabiduría amanse y uno se
da cuenta, "no soy nada", entonces él no tiene
tiempo ni nacimiento. Luego no existe un 'yo', no 'usted'. No hay
razas, diferencias, colores o clases. Sí no posee nada, como
Dios no posee nada, entonces no hay renacimiento para él.
Allí es que se lo puede llamar “hombre”, un ser
humano, tiene un ser.
Sí no comprende esto, ni la sabiduría de Dios, no
puede ser llamado “Hombre”. Uno no puede llamarse “hombre”,
excepto por la verdad y la sabiduría dentro de él.
Si está buscando en el rostro y el cuerpo, no se puede llamar
“hombre”. Esos son los hombres que son cómo monos.
Hay hombres que son cómo animales. No todos pueden ser llamados
“humanos”. Sólo si uno tiene esa sabiduría
que se debe al hombre, la sabiduría humana. ¿Puede
ser llamado “hombre” sí no posee esta sabiduría
humana, sino posee la conciencia, y posee las cualidades de la selva?,
entonces no se trata de un ser humano…
En
el hombre están los dieciocho mil universos. Cualquier cosa
que se vea fuera, también se encuentra dentro de sí
mismo, sin forma. Hay un mundo fuera, y hay un mundo interior. Hay
un océano fuera, y hay un océano dentro del hombre.
Hay un Satán fuera, y hay Satán dentro. Fuera y dentro
hay ilusiones; están las atracciones visuales fuera y dentro;
hay sin-demonios y demonios dentro. Hay leones fuera y dentro, las
cualidades del león, dentro del hombre. Él toro está
fuera y también está dentro. El tigre, y su cualidad
de captura y garras están dentro del hombre. El cuervo esta
fuera y también dentro; el águila y todas las aves
que se encuentran fuera, se encuentran también dentro del
hombre. Allí también hay un gran océano, se
encuentra en el hombre el mar rojo de la sangre. Todos los dieciocho
mil universos se encuentran en el hombre, dentro de él.
Los
ángeles y seres celestiales que existen fuera también
existen en el hombre. Y las cualidades de los demonios, entonces
se trata de un órgano demoníaco. Es una tienda cooperativa.
Sí se posee las cualidades de un león, entonces él
es un león, si se posee la arrogancia de los elefantes dentro
de él, entonces él mismo es un elefante; si se tienen
las cualidades de la serpiente, que muerden, es una serpiente que
muerde. Si es cómo el toro o el caballo que da patadas, entonces
él es como los animales…
Si
él tiene la propiedad de la ilusión, entonces él
es la ilusión. Sí posee las cualidades de Satán,
entonces él es eso mismo, tan oscuro. El hombre posee la
forma de cualquier cualidad que ha tomado dentro de él mismo.
Es por sus cualidades y acciones que se puede determinar su forma.
Sí está lleno de arrogancia, envidia, venganza y celos,
tiene las cualidades que son propias de Satán. Sí
desea, entonces él tiene la calidad de la ilusión.
Sí está dormido entonces él posee la cualidad
del sueño, la ignorancia.
Por
lo tanto, debemos saber qué es un verdadero ser humano. Sí
se mira a toda la humanidad en el mundo entero hay muy, muy pocos
verdaderos seres humanos. Pero hay muchísimos animales y
demonios.
Dios
es sólo Uno, y un verdadero hombre, con estas cualidades
es muy, muy raro de hallar. En el reino de ésta tierra, un
verdadero ser humano es de hecho muy raro. Ellos son muy, pero muy
pocos, y aun estos pocos no son tolerados aquí. No les está
permitido existir en este mundo.
Si uno mismo se convierte en un verdadero hombre, por la gracia
de Allah, entonces para él no habrá nacimiento ni
muerte.
Un
toro debe ser arado, luego ir a la carnicería, y el carnicero
lo lleva a la mesa. Él debe ir y venir de nuevo. Él
debe ir y volver a través de las puertas del infierno. Eso
es la forma del animal. Ellos deben ir al infierno y volver a través
de él. Eso es así, pero el hombre no es así…
Un verdadero ser humano, es muy raro…
Sharia Hadiz sobre
el Zikrullah Sobre
el recuerdo... <<volver
Según
Abu Huraira, (Allah esté complacido de él), en cierta
ocasión el
Mensajero de Allah (swas), dijo:
“Allah tiene unos ángeles que dan vueltas por los
caminos, buscando a la gente que practican el recuerdo de
Allah.
Y
cuando encuentran a un grupo de hombres haciendo dikhr (remembranza),
se sientan con ellos, y les rodean con sus alas, uno sobre otro,
hasta el cielo del mundo visible.
Y cuando el grupo ha terminado la recitación y se dispersa,
suben los ángeles al lugar del cielo donde está su
Señor. Allah, exaltado sea, aunque todo lo sabe, les pregunta:
‘¿De dónde venís?’.
‘Venimos —Le contestan— de estar con unos siervos
Tuyos en la tierra, que Te glorifican, enaltecen y recitan Tu nombre,
Te alaban y Te piden’.
'¿Y qué Me piden?’.
'Te piden tu Paraíso (Yanna)' —dicen los ángeles—.
'¿Y han visto mi Paraíso (Yanna)?’
‘No, mi Señor’ —contestan—.
' ¿Y cómo se comportarían si lo hubiesen visto?’.
[Silencio de los ángeles].
Luego, continúan los ángeles diciendo:
‘... Y también buscan salvación en Ti’.
' ¿Y de qué quieren salvarse?’.
'De tu Infierno (Nar), mi Señor’.
'¿Y han visto mi Infierno? (Nar)?
'No’ —contestan—.
'¿Y cómo actuarían si vieran mi Infierno (Nar)?’.
[Silencio de los ángeles].
Luego, continúan diciendo:
‘...Y [también] Te piden que olvides lo que han hecho
de malo’.
Contesta Allah, 'Sus errores han sido borrados, y les he concedido
lo que me han pedido [El Paraíso], y les he librado de aquello
que temían, El Infierno'
Entonces, los ángeles se dirigen a Allah, y le dicen: ‘Mi
Señor, hay uno de ellos que no estaba haciendo dikhr, sino
que se sentó con ellos por equivocación’.
A lo que Allah, responde:
'Sus errores también han sido borrados. Ellos son el grupo,
y no se privará de mi Compasión aquél que con
ellos se sentó'
Sohbets Limpiar
Tu Lengua Sohbet
de Tasun Baba <<volver
SOJBET
DEL SHEIJ TOSUN BABA DESDE N.Y. DEL 10 DE ENERO DE 2004
(CAS. 1/6)
Allah
Hu Ta´ala dice en el Corán al Karim que todo lo que
viene de las bocas es dudoso, todo lo que dicen es mentira.
RasulAllah (saws) dice que tu imam (fe) no está completa,
al menos que tu corazón esté puro. Tu corazón
no estará puro, al menos que purifiques tu lengua…
El
término árabe para “corazón puro”
es “calb al salim”; salim y salam tienen la misma raíz
que significa “un corazón en paz”. Si tu fe no
está completa, tu corazón no está en paz y
tu corazón no puede estar en paz, a menos que tu lengua se
purifique.
Vivimos
en un mundo donde las lenguas de la mayoría de las personas
no están limpias porque mienten. El Profeta Muhammad (saws)
no dice que si un musulmán bebe – y eso está
prohibido en nuestra religión – o si un musulmán
come cerdo – que también está prohibido –
o si un musulmán juega juegos de azar, o incluso si roba
o mata, o comete adulterio, o cualquier otra cosa que imaginen,
no es musulmán, aún así sigue siendo musulmán,
un musulmán en pecado, pero él dice que aquel que
miente no es uno de nosotros. Por lo tanto el mentir o no mentir
es tan importante como esto.
Vivimos,
no solo en EEUU, pero especialmente en EEUU, en una sociedad donde
es casi una obligación mentir. Por ejemplo, cuando vas a
una entrevista labora, mientes, no dices toda la verdad. La publicidad
de Coca-Cola, de Mac Donald´s, la publicidad de cualquier
cosa que ves en la televisión o en los periódicos
es una mentira. La publicidad está basada en una mentira.
Todo el mundo miente, los hijos mienten, las madres mienten, los
padres le mienten a los hijos, los hijos a los padres y seguimos
para arriba, hasta el presidente miente, el gobierno miente.
Hay
un dicho en turco: “Si el Imam desprende gases, el yemad evacua
excrementos”. Todos mienten a todos, el profesor a sus alumnos,
los alumnos a sus profesores, todos se mienten entre sí,
y esta mentira, esta hipocresía continúa en nuestro
ambiente y es como que la verdad se vuelve mentira y la mentira,
verdad, y cuando dices la verdad, ya nadie te cree.
¿Qué
hacer entonces?
La
máxima autoridad nos dice que si no limpias tu lengua –
está en el Corán y en el Hadiz – tu corazón
no está en paz y tu fe no vale nada.
¿Porqué
mentimos?
Por
cierto que la peor mentira es mentirse a uno mismo y también
somos culpables de eso, nos mentimos a nosotros mismos. Somos bajos
y decimos que somos altos, somos débiles y decimos que somos
fuertes, somos estúpidos y decimos que somos inteligentes,
miramos blanco y decimos negro, miramos negro y decimos que es blanco.
Principalmente
esto sucede porque no observamos la verdad tal cual es, para ser
capaces de decir la verdad. Porque si ves el blanco como negro,
¿cómo puedes decir que es blanco? Por supuesto que
dices lo que ves. La razón por la cual no vemos la verdad
es que estamos desatentos, estamos dormidos, no hemos despertado
aún.
En
otro Hadiz, RasulAllah nos dice que los hombres están dormidos
y van a despertar cuando estén acostados donde se lavan los
muertos.
Lo
primero, entonces, para no mentir, es antes que nada, despertar
para ver la realidad. ¡¡Aaah!!, pero la realidad es
terrible, de hecho una de las razones de estar dormidos es porque
si despertáramos, veríamos todo lo que nos rodea como
un desastre…
Mi
Sheij decía que si ves algo feo es porque tenes mierda en
los ojos. Esto significa que si ves algo feo, tu mismo eres feo,
estás viendo tu propia fealdad cuando miras alrededor. Si
no fueras feo, no verías nada feo, y si tuvieses fe, sabrías
que nada de lo que Allah Hu Ta´ala creó, puede ser
feo, porque Él dice que Él es hermoso y ama aquello
que es hermoso. Todo lo que Él ha creado es hermoso, esencialmente.
Si miras un escorpión o una serpiente venenosa, o cualquier
cosa que pensemos que es fea, como un gusano, un ciempiés,
si lo vieses con un microscopio, verías en él unos
hermosísimos colores y el veneno que puede tener el escorpión
puede ser medicina para algunos, entonces realmente, no hay nada
feo. No tienes que dormirte, no tienes que cerrar los ojos, no tienes
que meter tu cabeza dentro de la tierra, como el avestruz.
Si
sacas tu cabeza de la tierra, abrís tus ojos y miras alrededor,
si tienes fe, lo que vas a ver, aunque una parte de ti te diga que
es feo, lo que vas a ver, eso mismo que te lo dice, es feo en si
mismo y es lo que se llama el ego, al que le molesta que estés
atento, al que le molesta que veas la realidad, al que le molesta
que veas la verdad. Él es el que te hace estar dormido en
todo lo que vivimos en nuestras vidas.
RasulAllah
dice que el hombre está dormido y va a despertar cuando muera,
y eso es porque tememos mirar alrededor y tememos, porque no tenemos
fe. El que tiene fe no puede temer. ¿A que le temes más,
a la muerte? Es absolutamente ridículo el temer algo que
es inevitable, absolutamente inevitable, va a suceder, ¿qué
sentido tiene temerle a la muerte? Si tienes fe en lo que dice RasulAllah,
el mumim no muere, pasa de un espacio a otro espacio y este espacio
es más hermoso que el anterior que dejó.
Con
respecto a nuestra ceguera, pensamos que toda la existencia es solamente
lo que está en esta vida, en este planeta. Estamos tan apegados
a este pensamiento, pensamos que el Rezzek, el alimento, nuestro
sustento, viene de este mundo. Compramos el pan y pensamos que lo
hacemos con nuestro dinero, con el billete que entregamos y cuando
se nos entrega el pan, pensamos que el panadero compró la
harina en algún lado, que viene de lo que se plantó
en la tierra y cuando terminas en el grano de trigo en la tierra;
no pensamos en el misterio…
Allah
Hu Ta´ala menciona que si pones una semilla de maíz
en la tierra y esa única semilla crece y da choclos (panochas),
cientos de ellos en unas pocas matas, entonces, ¿cómo
sucede esto, no salen del supermercado o de la panadería?,
se combinan el sol y el agua y ese solo grano se transforma en 700.
¿Quién lo hizo? Si pusieras la semilla de manzano,
no saldrían naranjas, cuando el manzano termina de dar sus
frutos, no decide: “bueno, ahora voy a dar naranjas”,
no, hay un orden, un orden increíble, que permanentemente
está sucediendo. Entonces, no es la tierra, no es el supermercado,
no es quien muele la harina, no son ellos quienes ponen el pan en
tu boca, es Él quien te lo da.
En
otro Hadiz, Allah le dice a la tierra. “Tierra, si Mis servidores
piensan que eres tú quien los alimenta, y te agradecen a
ti, que todos los alimentos salen de ti, entonces, hazlos tus esclavos
y tiranízalos, golpéalos, hazlos trabajar 24 horas
al día, escúpeles en la cara a aquellos que aman el
mundo. Pero si Mis servidores te miran y se dan cuenta que ese pan
que ponen en su boca, que ese aire que respiran, que los pulmones
con que respiran y todo lo que tienen son Mis regalos, tú,
Tierra, si haces recordar eso a Mis servidores, si Mi servidor Me
ve a Mí en ti, oh mundo, entonces, vuélvete tú
servidor de Mi servidor y sírvelo bien.”
Una
de las razones de nuestra ceguera es que somos ciegos con este mundo
y todo lo que vemos, todo lo que nos preocupa, por todo lo que trabajamos
es por este mundo y entonces este mundo se vuelve un velo entre
nosotros y Aquel que nos creó, el que nos trajo a este mundo,
nos alimenta y nos va a sacar suavemente de él. Nos olvidamos
de Él y entonces el mundo se convierte en nuestro maestro,
un horrible maestro, y Allah Hu Ta´ala no nos va a ayudar
y así es como nos dormimos, es doloroso ese estado y entonces
nos dormimos y esta tierra te tiraniza, es terrible, tú estás
temeroso, se cierran los ojos, y ahí es donde comienzas a
vivir en tu imaginación. Esta no es vida, porque no estás
viviendo la realidad. Va a llegar el día en que estemos por
irnos de este mundo y ahí es donde recordaremos los momentos
donde realmente hemos vivido, aquellos momentos donde estuvimos
atentos, conscientes, cuando realmente hemos visto lo que hay en
este mundo y la hermosura que encierra este mundo y la hermosura
que significa recordar a través de este mundo a Allah Hu
Ta´ala.
Allah
Hu Ta´ala es Invisible, Inimaginable y Totalmente Incognoscible.
RasulAllah en el Mirash, habló con Él, (…) y
dijo que solo Allah conoce a Allah.
La única manera de conocer a Allah es a través de
su obra de arte, de conocer su creación, a través
de ti, que eres Su mejor creación. Él dice que nos
ha creado como Insan al Kawil. Si ves la hermosura en el hombre,
no es su forma, su figura, si te miras en un espejo, vas a ver que
por nuestra hipocresía, que somos muy hermosos... ¿que
hermosura?, mírense, en vez de tener los ojos a los costados,
los tienes en la frente, esto que es tu nariz, no tienes garras,
eres una criatura débil, que fina es tu piel, no es como
la del cocodrilo ni la del elefante y tu tamaño ¿qué
es lo hermoso de ti? Lo único hermoso de ti es tu alma, eso
es lo que le pertenece a Allah Hu Ta´ala y tu alma se asocia
también con la mente. Entonces, no es tu imagen, ni tu figura,
Allah Hu Ta´ala dice: “No miro tu rostro, sino tu corazón”.
Es
tu corazón, tu corazón tiene que estar en paz, pero
tu corazón está conectado con la lengua y ahí
vuelvo al Ayat, que la mente, el corazón se expresan a través
de lo que dices, a través de lo que escuchas, que dicen los
otros, y la formación del corazón y de la mente es
a través del lenguaje, que Allah Hu Ta´ala nos ha enseñado,
enviándonos mensajes escritos y hablados.
Habló con Hz. Moisés, también con intermediarios,
habló con sus otros profetas a través del habla y
nos enseñó el lenguaje que conocemos: el Corán
al Karim está escrito en árabe. Si le preguntas a
los árabes, ellos dirán que Allah Hu Ta´ala
habla en árabe, pero no, no es el árabe el lenguaje
de Allah Hu Ta´ala. El árabe es el lenguaje del amado
de Allah, Hz. Muhammad (saws), y le habló en su idioma.
Allah
le dijo entonces que le dijera a su pueblo que ya no era más
como ellos y cuando la gente llegaba a su presencia y se impresionaban,
el Mensajero les decía que era exactamente como ellos, que
había tenido una madre que lo amamantó al igual que
ellos, y ahí Allah, en Su Infinita Misericordia, habló
el lenguaje del ser humano que iba a transmitirnos a nosotros, y
que nos transmite a nosotros en árabe, que ha sido traducido
para nosotros, al castellano, al inglés, al chino, a cualquier
lenguaje. El lenguaje de Allah Hu Ta´ala es cualquier lenguaje
que tú entiendas. Por lo tanto, el hablar es muy importante
y solo el hablar de las personas “que ven”, es verdadero.
Lo que dicen los ciegos no puede ser la verdad, porque no distinguen
los colores, ni las figuras, ni saben lo que está bien ni
lo que está mal. La verdad, sólo la conocen los que
tienen los ojos abiertos y hablan y se lo comunican a otros, pero
como ustedes saben, en nuestra religión hay ciertos niveles
de conocimiento: está Ilm al Yakim, por ejemplo, alguien
está hablando ahora y alguien está escuchando y estamos
hablando de la importancia de la lengua, ahora es algo que alguien
te ha dicho, es conocimiento por información, que es débil,
depende de la expresión de quien esté hablando y del
entendimiento de quien escucha, pero hay otro tipo de conocimiento
que lo escuchas, lo tocas, lo experimentas, es un conocimiento a
través de la experiencia, que es mejor que el que solamente
escuchas, pero el mejor, lo mejor es que te vuelvas aquello que
se llama Haqq al Yakim, que te vuelvas aquello que conoces.
El
texto que a continuación les ofrecemos corresponde con la
primera parte del artículo del doctor Javad Nurbakhsh, titulado:
Sufismo y psicoanálisis, que fue publicado en The International
Journal of Social Psychiatry, Vol. 24, Nº 3. La primera parte
del artículo, bajo el titulo: ¿Qué es el sufísmo?,
ofrece al lector una imagen general de lo que es el sufismo, y en
especial, el sufismo de origen persa. La segunda parte hace una
novedosa comparación entre el sufismo y el psicoanálisis.
El
sufismo es la escuela de la iluminación interior y no la
de la discusión, y el sufí es algo en el que uno "se
convierte" y no algo que uno aprende intelectualmente. Ahora
bien, lo referente a la iluminación interior no puede expresarse
con palabras. Por tanto, según afirman los grandes maestros
sufíes, "aquello de lo que se puede hablar no es sufismo".
O bien, en palabras de Yalal-ol Din Rumi
Por
mucho que hable de amor o lo defina,
cuando llego al amor me avergüenzo de mis palabras.
(Rumi 1926, p.10).
De
aquí que todo lo que han dicho eminentes sufíes acerca
del sufismo sea tan sólo un intento de expresar con palabras
sus propios estados interiores. Puede servir para dar una muestra
de la naturaleza del sufismo y de sus características, pero
no puede constituir una definición general y completa del
sufismo. En un intento de formular una definición completa
podríamos decir lo siguiente: "El sufismo es un camino
hacia la Realidad Absoluta, cuya fuerza motivante es el amor, y
los medios que se aplican son el continuo recuerdo de Dios (zekr)
y la vida en un estado de estabilidad en cualquier circunstancia;
el objetivo de este camino es Dios". En otras palabras, al
final de la senda sufí nada queda sino Dios.
Objetivo
del sufismo
El objetivo del sufismo es el conocimiento de la Realidad Absoluta,
no como nos la enseñan los hombres instruidos, a través
de la lógica y de la demostración, sino tal como es
en sí misma. Este conocimiento sólo se puede alcanzar
con el "ojo del corazón", esto es, mediante la
iluminación y la contemplación.
Definición
del sufí
El sufí es aquel que recorre la senda del amor y de la devoción,
dirigiéndose hacia lo Absolutamente Real. Cree que el conocimiento
de lo Real sólo está al alcance del Hombre Perfecto
y que el hombre imperfecto está impedido para alcanzarlo
en razón a su propia imperfección. El sufí
considera que el hombre "común", con sus imperfecciones,
sufre una enfermedad que hace que su percepción y su discernimiento
sean constantemente erróneos. Por tanto, la gente ordinaria
distorsiona su concepción de la Realidad, debido a su misma
imperfección, e inconscientemente se extravía.
La
psicología moderna ha demostrado que la mayoría de
los actos y de los comportamientos del ser humano se determinan
inconscientemente. El sufismo, por su parte, sostiene que el nafs-e
ammara (el yo dominante, el ego) [ Nota 1 ] ejerce un control tiránico
sobre el pensamiento y la conducta humanos. Como consecuencia, el
discernimiento del individuo que se halla bajo su influjo no puede
ser puro, sano y desinteresado y, por tanto, no puede en modo alguno
ser correcto ni justo.
Aquellos
que proclaman conocer el sufismo
Aquellos estudiosos que, por su conocimiento de la situación
sociológica o de la doctrina del sufismo, afirman que entienden
el sufismo, no poseen, por supuesto, las características
de los sufíes o, mejor dicho, no hay ninguna razón
para que tengan las cualidades reales y los atributos de los fieles
del amor. No se puede decir que hayan, de ningún modo, realmente
conocido o entendido lo que los sufíes ven con el ojo del
corazón. Por tanto, para los sufíes, las afirmaciones
de esas personas carecen de valor, si bien, sin embargo, pueden
ser interesantes para los no sufíes interesados en el estudio
del sufismo desde el exterior.
El
Hombre Perfecto
Desde un punto de vista teórico, y con un sentido espiritual
e interior, el Hombre Perfecto es aquella persona que ha escapado
a la dominación del yo dominante. Su realidad, tanto exterior
como interior, ha quedado determinada por cualidades de una Naturaleza
sublime, de lo que resulta la liberación del ego individual
y la unificación con Dios. En una palabra, se ha convertido
en un espejo que refleja en todos los aspectos a lo Único
Real. Mirándole, uno no ve sino la Verdad.
El
sufismo afirma que la única manera disponible para el hombre
de transformarse en Hombre Perfecto es convertirse en discípulo
de un maestro espiritual perfecto (Qotb), para conseguir purificarse
y alcanzar la perfección. Este periodo de formación
guiado por un maestro así se llama Tariqat o Senda. La Shari'at,
los preceptos religiosos, se considera como la escuela primaria
para el sufí. La etapa de formación más avanzada,
que se realiza respetando la Ley, se llama Tariqat y en la etapa
final el sufí es llevado a alcanzar la Haqiqat, o la Realidad
Absoluta.
Los
sufíes toman como base para dividir el camino espiritual
en tres etapas el siguiente dicho del Profeta Mohammad: "La
Shari'at son mis palabras, la Tariqat mis actos y la Haqiqat mi
estado interior". A la persona que entra en la Tariqat se le
llama morid o discípulo, mientras al maestro se le llama
morad o qotb.
Talab,
la búsqueda
Considerando el significado del siguiente versículo del Qorán:
Tú no eres responsable de guiarles, Dios es quien guía
a quien Él desea (2;272), el sufismo afirma que todo avance
hacia la Senda espiritual o Tariqat está determinado por
la Voluntad de Dios. El estado que produce este movimiento se conoce
como talab y puede considerarse como una especie de tensión
que atrae al hombre hacia su meta final, la perfección. Basándose
también en el versículo: Ciertamente tú guias
a los hombres hacia el camino recto (Qor 42;52), los sufíes
consideran que el Qotb posee las cualidades para guiar en el camino
espiritual.
La
atracción o búsqueda en el sufí es la fuerza
que constantemente le motiva en la Senda hacia la perfección.
Puede decirse que es una intensa añoranza la que anima y
da fuerzas al discípulo, en todo momento, en la Senda. Es
un anhelo que continuamente provoca en el caminante de la Senda
insatisfacción con el recorrido ya realizado, y deseo de
acercarse aún más cerca de su Objetivo final. Su añoranza
y su anhelo refuerzan constantemente su aspiración de escapar
de su estado limitado, y de alcanzar un mayor nivel de calma y de
sosiego donde poder saborear el deleite de una existencia más
segura y armoniosa.
El
amor y la búsqueda del sufí le llevan hacia la belleza,
la bondad y la perfección, y a intentar poseer por siempre
esas cualidades. El movimiento y el ardor del amor resultan del
hecho que el amor trata constantemente de crear la perfección
eterna, ya que sólo mediante una continua creación
y generación puede ser eterna la perfección.
Faqir
En el sufismo se considera que el anhelo del amor nace del faqr
(pobreza espiritual), y a aquel que lo posee se le llama faqir.
Faqr se debe a la no posesión de una cosa y al deseo de poseerla.
En otras palabras, aquel que siente en sí una cierta carencia
de la sublime perfección humana, y que desea sinceramente
remediarlo es un faqir.
Murid,
el discípulo
En la "escuela secundaria" de espiritualidad, la Tariqat,
existe un programa específico que debe realizar el discípulo
y que es determinado por el Qotb. El objetivo de la disciplina y
de la formación incluidos en este programa es transformar
las tendencias pasionales y diabólicas (nafs-e ammara: el
yo carnal) del viajero espiritual, o salek, en tendencias modificables
(nafs-e lawwama).
Las
tendencias pasionales del alma humana conducen al hombre a satisfacer
todos sus instintos animales, sexuales y agresivos. Las tendencias
modificables son aquellas que reprochan al alma el tener sus instintos
pasionales y animales, y que desean alcanzar la perfección
y remediar las imperfecciones del alma. Finalmente, el estado del
alma cuando asume las cualidades de sublimidad y serenidad (nafs-e
motma'enna) corresponde al abandono de las pasiones y a su transformación
y su sublimación en atributos más elevados. Cuando
alcanza esta estación el discípulo ha llegado al final
de la Tariqat. Y, conforme al versículo: Oh alma apaciguada
(nafs-e motma'enna) regresa a tu Señor, contenta y agrada
a tu Señor (Qor 89;27-28); se considera que un hombre con
tal perfección ha entrado en la presencia de Dios.
Al
cumplir con sus obligaciones hacia la Tariqat, el discípulo
va escapando gradualmente de la presión de los conflictos
psicológicos. Sus tendencias animales y pasionales se transforman,
y la energía que servía para alimentar a las pasiones
se convierte en el modo de pulir el espejo del corazón y
de abrir la vía para la iluminación del espíritu.
El discípulo luego, en la etapa final, queda purificado de
sus propiedades básicas para ser adornado con los Atributos
Divinos. En palabras del poeta Hafez
Primero
lávate y luego entra en el jarabat
no sea que esta taberna se vuelva impura con tu presencia.
(Hafez 1983, Vol. 1, gazal 414, verso 3)
La
expresión "lávate" se refiere a la purificación
del corazón por medio de la Tariqat, mientras que jarabat
(taberna) es una imagen poética común para designar
la aniquilación del ego, el anonadamiento del yo, la última
etapa de la Senda sufí, que es en realidad equivalente a
alcanzar la Realidad Absoluta.
El
objetivo de la primera etapa de la Tariqat, el periodo inmediatamente
previo a la iniciación formal en el sufismo, es que el buscador
de lo Real desarrolle una creencia firme en el maestro espiritual
o Qotb. Debe tener la seguridad de que el maestro le va a guiar
hasta la meta final y hasta la perfección a la que aspira.
Por su parte el Qotb debe observar en el discípulo potencial
la sinceridad y la devoción que pueden hacer de él
un candidato válido para ser guiado. Una vez que el maestro
y el discípulo potencial se han aceptado mutuamente, se le
asegura a este último, en primer lugar, que todos sus pecados
y errores pasados le serán perdonados, a condición
de que se arrepienta sinceramente y se aparte de las pasiones y
de los actos prohibidos.
En
la terminología del sufismo se considera a la entrada en
el círculo de los sufíes como un segundo nacimiento,
y como testimonio están las palabras de Jesús, "El
que no nace de nuevo, no puede ver el Reino de Dios" (Jn 3;3).
Desde el punto de vista del sufismo todos deben pasar por dos nacimientos.
El primero consiste en nacer a este mundo y el segundo, mucho más
difícil, en dejar este mundo de la materialidad y la multiplicidad
para entrar en el mundo del amor, de la devoción y de la
Unidad.
Se
considera que esta etapa preliminar de la Tariqat debe durar, como
máximo, entre siete y doce años. Refiriéndose
a esta etapa, dice el poeta:
El
pastor de los fieles [Moisés] llegó a encontrar un
guía,
después de servir largos años a Sho'eib.
(Hafez, op. cit., gazal 449, verso 6).
Tras
arrepentirse y después de haber aceptado la autoridad del
maestro espiritual, el discípulo se hace digno del honor
de ser formalmente iniciado, luego de lo cual se le revelan las
técnicas espirituales de la Tariqat.
Murad,
el maestro espiritual o Qotb
El maestro espiritual es un Hombre Perfecto que, como mínimo,
ha recorrido las etapas del camino espiritual. Pero, por supuesto,
el mero hecho de proclamarse Qotb no es suficiente para demostrar
que ha recorrido, de hecho, las etapas del camino. Su designación
como maestro debe venir, de hecho, del Qotb bajo cuya dirección
ha realizado su periodo de discipulado. Por esta razón, los
Qotbs y sheijes sufíes deben indicar claramente la cadena
de iniciación que les ha llevado a ser sufíes- o,
en terminología sufí, el Qotb debe mostrar su jerqa
o túnica de iniciación.
Básicamente,
existen dos formas de recorrer la Senda espiritual. En la primera,
Dios, por la acción de Su gracia y de Su benevolencia, atrae
en un solo paso a una de Sus criaturas a Su presencia, liberándole
de su ego individual. A estas personas se les llama mayzub (raptado)
y son casos muy raros. La segunda forma es la Tariqat. Al contrario
de lo que ocurre con el mayzub, la Tariqat precisa del esfuerzo
y de la voluntad del discípulo. A ello se refiere Dios cuando
dice: Pero a aquellos que luchan por Nuestra causa, con seguridad
los guiaremos por Nuestros caminos (Qor. 29;69). La travesía
de la Senda espiritual se llama, tanto en persa como en árabe,
seir wa soluk (el recorrido interior y la conducta exterior). Sólo
se puede acometer bajo la dirección y guía de un Qotb.
Conviene
recordar aquí que ni el mayzub, ni la persona que tan sólo
ha recorrido la Senda espiritual están calificados para convertirse
en Qotb. Esto se debe a que el Qotb debe haber recorrido el camino
de las dos maneras. Debe haber completado las etapas de la Tariqat
después de haber sido un mayzub, o bien haber sido raptado
en el curso del recorrido de la Senda. O sea, tanto aquel que sólo
ha sido un mayzub, como el que sólo ha recorrido la Tariqat
son incompletos. En resumen, el Hombre Perfecto o Qotb debe haber
tenido una visión verdadera de la Senda, haberla recorrido
de principio a fin, y debe conocerla bien para poder guiar a otros
por ella.
Disciplina
y cortesía en la Senda
El discípulo devoto debe percibir en el espejo de su corazón
el arquetipo espiritual de su maestro y estar ardiendo de amor por
él, un amor que en lo sucesivo será la fuente de todo
su gozo. Mientras el discípulo no tenga este amor por su
maestro espiritual, no será capaz de aceptar sin rechistar
y con los brazos abiertos cualquier instrucción que el maestro
le pueda dar; porque, de hecho, el discípulo realiza la voluntad
de su maestro, y no sigue sus propios caprichos. Por ello dijo el
poeta, "Oh corazón, si quieres que el Bienamado esté
satisfecho contigo, debes hacer y decir cuanto Él te ordene.
Si dice, '¡Llora sangre!', no preguntes, '¿Porqué?';
y si dice, '¡Muere!', no digas '¿Es lo adecuado?'".
Queda
pues claro que la primera y más importante obligación
del discípulo es aceptar, sin cuestionarlas, todas las instrucciones
del maestro. También sobre este tema escribe Hafez:
En
el camino de la casa de Laila (la Bienamada), donde acechan peligros
mortales,
la primera premisa es perder la razón (Majnún).
(Op. cit., gazal 1, verso 3) [ Nota 2 ]
En
el relato del Qorán sobre Moisés y Jezr (18,61-83),
Moisés le pide a Jezr ser su discípulo y éste
le contesta lo siguiente: Si me sigues, pues, no me preguntes nada
sin que yo te lo sugiera (18,69). El discípulo no sólo
no debe cuestionar al maestro; debe además realizar todos
sus actos de acuerdo con las observaciones y las instrucciones del
Qotb. Nunca debe actuar sin su aprobación, ni revelar ninguno
de los secretos que existen entre él y el Qotb. Es más,
es su obligación informar al maestro de todas aquellas cosas
fuera de lo normal que vea estando dormido o despierto.
El
discípulo no debe nunca intentar adelantarse al Qotb ni en
palabras ni en actos. Conforme al versículo: Oh creyentes,
no os adelantéis a Dios ni a Su mensajero (Qor 49,1), el
discípulo tiene la obligación de permanecer siempre
humilde en presencia del maestro, para evitar cualquier tipo de
protagonismo, de no decir nada sin estar autorizado, ni de hacer
nada sin que se lo pidan. En este sentido es por lo que se dice
en el sufismo, "El amor es refinamiento y buenas maneras".
La Tariqat es en sí misma el respeto de la ética y
el modo correcto de comportarse. El discípulo no debe hablar
en voz alta en presencia del maestro: Oh creyentes, no habléis
más alto que la voz del Profeta (Qor 49,2). Esto se debe
a que los sufíes creen que su maestro es respecto de sus
discípulos como el Profeta con los miembros de su comunidad.
Programa
a seguir en la Tariqat
De lo que se ha dicho anteriormente queda claro que el programa
de la Senda espiritual empieza con la eliminación de los
"nudos" psíquicos, de los complejos y de las tendencias
pasionales del discípulo, con lo que alcanza, después
de un cierto tiempo, el equilibrio psíquico y la salud moral.
La segunda etapa de la Tariqat es la asunción por el discípulo
de las virtudes espirituales, quedando entonces adornado por las
Cualidades y Atributos Divinos.
A
fin de dirigir el desarrollo espiritual del discípulo, el
maestro controla su comportamiento, hasta el último detalle.
Un aspecto que concentra en gran medida la atención del Qotb,
y que hoy en día concita el interés de los psicoanalistas,
aunque no se den cuenta de su aspecto espiritual, es el de los sueños.
El maestro soluciona los problemas psíquicos y espirituales
del discípulo analizando sus sueños, que sólo
se cuentan al maestro en persona.
Por
tanto, la primera fase de la Tariqat es un periodo de "psicoterapia
espiritual" que varía de discípulo a discípulo.
Y, de paso, anotemos que el trabajo de los psicoanalistas de hoy
en día es una imitación imperfecta del que realiza
el Qotb, pues prescinde totalmente de la relación con Dios.
Al
ejercer sus métodos de curación, el maestro "lava"
y purifica al discípulo de sus tendencias pasionales y diabólicas
por medio del "agua de la Devoción y del Amor".
Sustituye las cualidades negativas del discípulo por los
Atributos Divinos.
Para
iniciar la disciplina espiritual de la Tariqat, el discípulo
debe cumplir ciertos requisitos indispensables. Debe (a) ser creyente;
(b) ser caritativo con los demás; (c) mantener los misterios
de la Tariqat; y (d) obedecer las instrucciones del maestro hasta
el final de la Senda. Sólo cuando el maestro observa que
se cumplen estas condiciones en el discípulo, y cuando sabe
que es digno de la Tariqat, es cuando le hace el honor de permitirle
emplear el zekr, el recuerdo permanente de los Nombres Divinos.
Zikr
(continuo recuerdo de Dios)
El zekr consiste en la repetición metódica de ciertos
Nombres de Dios, inculcados, a la hora de la iniciación,
al discípulo por el maestro. Se corresponde con el sentido
del verso del poeta:
Durante
tanto tiempo se sentó el Amado frente a mi ávido corazón,
que éste se transformó del todo en Él.
(Magrebi 1990, gazal 156).
Los
sufíes creen que si un discípulo medita constantemente
en Dios, su alma se irá gradualmente impregnando de las Cualidades
Divinas, y sus tendencias pasionales desaparecerán.
El
objetivo de esta constante invocación de Dios es, en primer
lugar, crear en el discípulo una concentración perseverante.
El discípulo, que hasta entonces había estado invadido
por pensamientos dispersos y por miles de intereses y de deseos,
empieza progresivamente a concentrar todo su poder mental en un
solo punto, y este es Dios. Gracias al zekr, deja de gastar su energía
en agitación mental para concentrarla completamente en el
recuerdo de Dios. Queda entonces liberado de conflictos psíquicos
y dotado de equilibrio, calma y seguridad.
Mientras
practican el zekr los sufíes repiten varios Nombres de Dios,
y enfocan su atención no sólo en la pronunciación
de los Nombres sino también en su significado. Teniendo en
cuenta que el hombre conoce el sentido de las cosas por la palabra,
el objetivo de pronunciar constantemente una palabra es el de llegar
a realizar su sentido. Los sufíes creen que si uno se fija
solamente en la pronunciación del Nombre durante la invocación
se trataría tan sólo de idolatría. La palabra
en sí no tiene eficacia alguna. Por supuesto, ni que decir
tiene que al inicio de la Senda el discípulo no puede evitar
el fijarse en la pronunciación misma. Sólo después
de algún tiempo empieza a familiarizarse con el sentido espiritual
y no formal, y a separar el Nombre de su articulación verbal.
A propósito de esto Rumi dice en su obra Masnawi:
Borraré
las palabras, los sonidos y los discursos,
para poder, sin ellos, conversar contigo.
(Rumi 1926, Vol. 1, línea 1740).
Durante
el zekr, el discípulo debe olvidarse no sólo de todo
lo que le une a este mundo y al del más allá, sino
que debe olvidarse incluso de sí mismo. El discípulo
que permanece consciente de que está realizando la invocación
ha caído, de hecho, en dualismo y, por tanto, ha profanado
la realidad de la Unicidad Divina, el tawhid. Por ello es por lo
que en el zekr se suprime la partícula vocativa y, por ejemplo,
en lugar de decir "Oh Dios" (ya Allah) se usa solamente
el nombre de Dios. En efecto, si se usara la partícula "Oh"
(ya), quedaría claro que alguien se estaba dirigiendo a Dios,
mientras que la doctrina de la Unicidad Divina indica, en su raíz,
que toda existencia es ilusión, excepto Dios mismo. En realidad
se considera al zekr como un torrente que, además de eliminar
las cualidades indeseables del discípulo para substituirlas
por los Atributos Divinos, elimina, en última instancia,
el ego individual de tal manera que no queda rastro del "yo".
Este es el final de la Tariqat y el inicio del océano del
anonadamiento o fana en Dios.
Debe
tenerse en cuenta que el zekr sólo es eficaz bajo la guía
estricta del maestro. La devoción del discípulo hacia
el maestro es la que hace que el árbol del zekr alcance la
madurez y produzca el fruto del anonadamiento
Algunas
palabras sobre los Nombres y los Atributos de Dios
Los sufíes consideran que Dios tiene un número ilimitado
de Nombres, y que cada uno de ellos describe uno de Sus Atributos:
A Dios pertenecen los Nombres más bellos (Qor. 7;179). Cada
Nombre tiene su correspondiente Atributo y cada Atributo implica
un modo particular de conocimiento. A su vez, cada uno de estos
modos manifiesta un aspecto particular de la Divinidad que requiere
una forma particular de adoración y de veneración.
La
imagen que un Atributo Divino adopta en el molde de un Nombre depende
esencialmente de la capacidad y de la aptitud del receptáculo
humano. El Atributo se refleja en cada momento en el corazón
del sufí bajo las formas teofánicas del mundo imaginal
(mundus imaginalis) , dándole así paz y sosiego. A
cada instante el sufí experimenta éxtasis indescriptibles
e iluminaciones inefables, que le revelan siempre y a cada vez los
múltiples aspectos de los Nombres Divinos.
Milagros
En principio, el sufismo ni siquiera tiene en cuenta el karamat,
los milagros y los actos carismáticos atribuidos a los amigos
de Dios. Los sufíes no se declaran capaces de realizar hechos
extraordinarios ni actos ajenos a la experiencia humana normal.
Un verdadero sufí niega todo aquello que no es Dios, incluso
se niega a sí mismo; por tanto, cómo podría
pretenderse capaz de realizar milagros, afirmando así su
ego individual, cuando de hecho él mismo no existe. Su principio
arquetípico es la negación de su propio "yo".
Por tanto, los grandes sufíes han considerado la declaración
de realizar milagros como una falta que priva al hombre de la cercanía
a Dios.
No
obstante, debe añadirse que ocurre que un discípulo,
en su intensa devoción hacia su maestro, vea en éste,
por la influencia espiritual que ejerce sobre el discípulo,
la manifestación del karamat. En estos casos, corresponde
al maestro instruir al discípulo, cuando alcanza una determinada
etapa de la Senda, para que ignore estos fenómenos, no sea
que le lleven al dualismo y idolatría.
Libre
albedrío y determinismo
Como se dijo anteriormente, el sufismo confía en la fuerza
de voluntad del discípulo. Al inicio del camino espiritual
al viajero místico o salek le asaltan múltiples presiones
procedentes de su falta de equilibrio psíquico y de su debilidad
frente a sus pasiones. En esta etapa de la Senda, el viajero debe
creer en el libre albedrío, como dice el versículo:
El hombre tendrá en su cuenta sólo lo que haya ganado
(Qor. 53;40). En efecto, sólo ejercitando su voluntad podrá
eliminar sus tendencias pasionales y diabólicas y prepararse
para ser adornado con los Atributos Divinos. Sólo podrá
alcanzar su objetivo sublime mediante la atracción Divina
conjugada con su esfuerzo individual. En este sentido dijo Hafez:
Aunque
la unión con Él no se dé por tus esfuerzos,
¡oh corazón! esfuérzate hasta el límite
para conseguirlo.
(op. cit., gazal 279, verso 5).
Pero
debe señalarse que en las etapas realmente avanzadas de la
Senda, cuando el sufí ha sido adornado con los Atributos
Divinos, cree entonces en el determinismo, aunque en el contexto
de la absoluta libertad. Esto es porque ahí ya no existe
el ego individual, y todo lo que realiza el sufí es por voluntad
Divina.
Intimidad
con Dios en el seno de la sociedad
Para el sufí, la pereza y la ociosidad son cualidades negativas.
Intentará, por tanto, en la medida de lo posible servir a
la sociedad en la que habita. En cualquier caso no le queda más
remedio que ejercer alguna actividad externa y, por ello, estar
aparentemente ocupado con los demás miembros de la sociedad;
interiormente, sin embargo, está ocupado con Dios. A propósito
de esto dice Sa'di:
¿Has
oído hablar alguna vez de alguien que está ausente
y presente al mismo tiempo?
Yo vivo entre la gente, pero mi corazón está en otro
lugar.
(Sa'di s.f. , p. 554).
La
forma más ardua de ascetismo y de mortificación para
un sufí es vivir en armonía en la sociedad. Más
todavía, el sufismo considera que esta armonía es
el símbolo de la perfección humana y cree que aquel
que es incapaz de vivir en buenos términos con sus vecinos
está, de hecho, enfermo. Considera, por tanto, a aquellos
que se retiran de la sociedad y adoptan la soledad para desarrollar
su vida espiritual como seres imperfectos y desequilibrados.
En
otras palabras, el recorrido interior no es suficiente para el viajero.
Para alcanzar la perfección debe también ser capaz
de adaptarse a la comunidad y vivir en armonía con ella.
No sólo debe servir a los demás sino además
no sentirse nunca inquieto ni molesto cuando está con la
gente. De hecho, el contacto con la sociedad es para él la
prueba de su deseo de progresar hacia la perfección, ya que
es en el mundo donde debe demostrar que está libre de tendencias
pasionales y que ha dejado atrás su ego. En este estado avanzado
el sufí nunca se siente perturbado por el daño que
otros le puedan hacer. Se considera que el discípulo que
se siente perturbado o molesto es aún un incrédulo.
Por eso dijo Hafez:
Amor
ofrecemos con paciencia y felicidad, que en nuestro camino
el ofenderse es la infidelidad misma.
(Hafez, op. cit., gazal 385, verso 3)
El
discípulo que se siente perturbado está, de hecho,
viendo doble; se considera aún a sí mismo como real
y, por tanto, no ha cesado de "asociar" a un otro aparentemente
real con lo verdaderamente Real, Dios.
El
hecho de que, con frecuencia, se considere al sufismo como retiro
del mundo y ascetismo, no significa que la soledad, la mortificación
y el ayuno sean elementos de la Senda hacia la perfección.
Sin embargo, puede ocurrir que, en ciertos casos, el maestro espiritual
vea en el discípulo un cierto desequilibrio psíquico
y que le ordene retirarse temporalmente del mundo y abstenerse de
comer productos de origen animal hasta que recobre el equilibrio
y esté listo de nuevo para servir a la sociedad. Por tanto,
para los sufíes, la "soledad" y la "mortificación"
constituyen un tipo de remedio contra desórdenes psíquicos
y no una prescripción para la perfección espiritual.
Por el contrario, los sufíes siempre han sido muy conscientes
de la necesidad de una alimentación correcta para tener la
energía necesaria para esforzarse en el camino espiritual
y en el servicio a la sociedad. Como dice Rumi:
Uno
come y se vuelve más hambriento, más vicioso,
mientras que otro come y se convierte todo en luz divina.
Uno come y se vuelve más impuro y apartado,
mientras que otro come y todo él se vuelve luz del Único.
(Rumi 1926, Vol. 1, línea 273)
El
sufí aprovecha su alimentación para permitirle realizar
tareas de naturaleza espiritual, mientras que la gente común
pone toda su energía al servicio de sus pasiones y sus caprichos.
La
escuela de la Realidad Absoluta (Haqiqat)
Esta "escuela" tiene dos fases, fana (anonadamiento) y
baqa (subsistencia), simbolizando el fana a la entrada en la jarabat.
Ya hemos visto que cuando el discípulo alcanza el final de
la Tariqat, llega en primer lugar a la contemplación de la
Divinidad. Este es el estado de fana, o muerte del ego, del cual
existen dos clases, exterior e interior.
El
fana exterior es la aniquilación de los actos del discípulo
por la manifestación de la Voluntad Divina. El discípulo
alcanza un estado en el que está sumergido en el océano
de los Actos Divinos, de tal modo que ve la Voluntad Divina en todo
lo que ocurre y no su propia voluntad ni la de los demás.
En esta etapa queda totalmente privado de libre albedrío.
El
fana interior es la aniquilación de los atributos y del ser
del sufí. En esta etapa, contempla en algunos momentos los
Atributos Divinos, en los cuales sus propios atributos han quedado
aniquilados, y en otros instantes contempla el Ser de la Divinidad,
que aniquila por tanto su propio ser. Al principio del fana interior,
el discípulo queda privado de toda sensación; pero
gradualmente, de acuerdo con sus capacidades, se vuelve consciente
del mundo exterior, aunque su ser haya cesado de existir. Su estado
interior es de aniquilación en Dios, mientras exteriormente
está presente en el entorno y es completamente consciente
de lo que ocurre a su alrededor.
El
baqa consiste en la subsistencia en Dios y se realiza cuando Dios
concede al discípulo una nueva voluntad, que procede directamente
de Él, para sustituir a aquella que quedó aniquilada
en el recorrer del camino. Esta subsistencia, o "permanencia",
se obtiene a cambio de la aniquilación interior, que consiste
en la desaparición del ser y de los atributos temporales
del discípulo, que son como un velo que lo separa de lo Real.
En este estado tan avanzado, Dios ya no es un velo que oculta el
mundo a los ojos del sufí, ni el mundo un velo que oculte
a Dios; ya no existe más ninguna clase de separación,
y la dualidad se ha transformado en Unidad.
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Reproducido con el permiso del autor a partir del
artículo publicado en The International Journal of Social
Psychiatry, Vol. 24, Nº 3.
Personas
y obras citadas
Arberry, A. J. (1964). The Koran Interpreted, Londres.
Freud, S. (1961). Introductory Lectures on Psycho-Analysis, J. Rivière
(trad.), Londres.
Hafez (1983). The Diwan, P. N. Khanlari (ed.), Teherán.
Nurbakhsh, J. (1959). The Life and Works of Shah Ne'mato'llah Wali,
Teherán.
Perry, W. H. (1966). 'The Revolt against Moses', Tomorrow, Londres.
Racker, H. (1966). Transference and Countertransference, Londres.
Rumi, J. (1926). The Mathnawi, R. A. Nicholson (trad.), Londres.
Rumi, J. (1956). Ghazaliyat-e Shams-e Tabrizi, M. Moshfeq (ed.),
Teherán.
Ruzbahan (1970). 'Abharo'l-'Asheqin, Dr. J. Nurbakhsh (ed.), Teherán.
Sayadi, I. (1960). Farhang-e mostalahat-e 'orafa', Teherán.
Sheij Baha'i (s.f.). Kashkul, Qom.
Shah Nematollah Wali (1964). Rasa'el, Dr. J. Nurbakhsh (ed.), Vol.
IV, Teherán.
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[1] El término nafs en la terminología sufí
posee un amplio significado, como, por ejemplo: el alma, el yo,
el ego, etc,. Para más información sobre el nafs y
sus diferentes niveles, véase el libro "La Psicología
Sufí" del Dr. Javad Nurbakhsh. [ Volver ]
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[2] Laila y Majnún: los dos protagonistas de una de las historias
de amor más bellas de la literatura persa, obra de Nezami
Ganyawi (siglo XIII). Esta obra posee especial valor para los sufíes,
por su contenido interior. El significado de la palabra Majnún
es "el loco". [ Volver ]
Sobre
el documento
Este
artículo fué publicado en la revista Sufí,
número 3. Ed. NUR. c/Abedul 11, 28036 Madrid (España).
Tel. 91-3502086 darwish@nematollahi.org http://www.nematollahi.org/
Sobre el autor
El
Dr. Javad Nurbakhsh nació en Kerman (Irán), doctor
en psiquiatría, ha sido profesor y Director del Departamento
de Psicología de la Universidad de Teherán, y director
del Hospital psiquiátrico Ruzbeh, cargos que ejerció
hasta su jubilación. En 1974 recibió el doctorado
"honoris causa" de la Asociación Mundial de Psiquiatría
y fue elegido Presidente de la Sociedad de Psiquiatras iraníes,
escribiendo y publicando numerosos trabajos de psiquiatría
tanto en revistas iraníes como occidentales. Autor de numerosas
publicaciones sobre el sufismo, es el actual Maestro de la Orden
Sufí Nematollahí, posición que ocupa desde
los veintiséis años, y actualmente reside en Londres.
Trabajo La Fricción O
cómo hojas al viento... <<volver
Los
hombres casi nunca sabemos con qué humor amaneceremos mañana.
No sabemos qué nueva situación cambiará nuestro
estado de ánimo.
El mundo, las causas, los efectos todo nos lleva y nos trae, de
aquí para allá. Esclavos de nuestros hábitos
motores, mentales y emocionales no podemos cambiar nada. Victimas
de las condiciones climáticas, como una hoja al viento, de
un lado a otro.
Fusión,
unidad interior, se obtienen por fricción, por la lucha del
“si” y del ”no” en el hombre. Si un hombre
vive sin conflicto, si todo sucede en él sin que él
se le oponga, si va siempre con la corriente, por donde sopla el
viento, entonces permanecerá tal cual está. Pero si
comienza una lucha interior, y si en esta lucha el sigue una línea
determinada, entonces muy gradualmente ciertos rasgos permanentes
comienzan a florecerán él, comienzan a formarse en
él. Algo se empieza a cristalizar.
Para
este gran logro, que sólo muy poca gente logra, y muy poca
gente intenta alcanzar, es necesario el sacrificio. Si nada es sacrificado
nada es obtenido. Sacrificar mucho y sacrificarlo por mucho tiempo.
El esfuerzo conciente primordial consiste en observar nuestros hábitos,
en estudiarnos a nosotros mismos. Y para comenzar se debe oponer
a la mayoría de los mismos.
La lucha es imprescindible. Nos enriquecemos con las tormentas los
relámpagos, los truenos y las tristezas, como así
también con la alegría y la felicidad.
Hace mucho tiempo Dios solía vivir en la tierra, y un día
llegó un hombre, un viejo granjero, y le dijo: “Mira,
tú puedes ser Dios y puedes haber creado el mundo, pero debo
decirte algo: no eres un granjero. Ni siquiera sabes el abc del
trabajo en la granja. Tienes algo para aprender”.
Dios dijo: “¿Qué me aconsejas?”
El granjero contestó: “Sólo dame un año
de tiempo y déjame todas las cosas a mí, y verás
qué ocurre. ¡Ya no quedará pobreza!”.
Dios estaba dispuesto a ello y le dio un año al granjero.
Naturalmente, el granjero pidió lo mejor, sólo tuvo
pensamientos de lo mejor, nada de truenos, ni fuertes vientos, ni
peligros para los cultivos. Todo confortable, acogedor y él
estaba muy contento. El trigo crecía tan alto... Cuando quería
sol, había sol, cuando quería lluvia, había
lluvia, y tanta como necesitaba. Ese año todo estuvo bien,
matemáticamente bien. El trigo crecía tan alto...
El granjero iba a Dios y le decía: “Mira, esta vez
los cultivos serán tales, que por diez años, aún
si la gente no trabaja, habrá suficiente comida”. Pero
cuando se cosecharon los cultivos, las espigas estaban vacías.
El granjero estaba sorprendido. Le preguntó a Dios: “¿Qué
pasó? ¿Qué salió mal?”
Dios le dijo: “Porque no hubo desafío, porque no hubo
conflicto ni fricción, porque evitaste todo lo malo, el trigo
quedó impotente. Un poco de lucha es imprescindible. Se necesitan
tormentas, truenos, relámpagos. Movilizan el alma dentro
del trigo”.
Si sólo estás feliz, la felicidad perderá todo
su significado. Será como si alguien escribe con tiza blanca
sobre una pared blanca. Puede seguir escribiendo, pero nadie podrá
jamás leerlo. La noche es tan necesaria como el día.
Y los días de tristeza son tan esenciales como los días
de felicidad. A esto llamo comprensión. Y lentamente, cuanto
más ves el ritmo de la vida, el día siguiendo a la
noche, el ritmo de la dualidad y de la polaridad, dejas de preguntar,
dejas de elegir… Cuando hay comprensión y aprendizaje,
el dolor cesa y surge el agradecimiento. Pero has estado viviendo
de tus expectativas, de tus diminutos y triviales deseos, y porque
las cosas no se adecuaban a tus deseos te sentías desgraciado…
No es que la tristeza no vendrá. Ella vendrá, pero
no será tu enemiga, porque verás su necesidad. Podrás
ver su gracia y podrás ver porqué está allí
y porqué es necesaria. Y sin ella serás menos, no
más…
Recopilación de charlas de George Gurdjieff y Bhagwan
Shree Rajneesh
Cuentos
& Historias Sufis Construye
Tu Perrera “¡Necesito
absolutamente una perrera!" <<volver
Cuando
llega el invierno, el perro siente frío. Se dice entonces:
“Necesito absolutamente una perrera. ¡Cuando vuelva
el verano, me haré una, de piedra, para pasar en ella el
invierno!"
Pero,
cuando llega el verano, nuestro perro recobra vigor y se pone de
nuevo grueso. Orgulloso de su fuerza, dice: "¡Ninguna
vivienda es suficientemente grande para mí!"
Y ahíto va, a tumbarse perezosamente bajo la sombra. Por
mucho que su corazón le diga: "¡Anda! ¡Construye
tu perrera!", él se dice a sí mismo: “¿Que
perrera sería digna de acogerme?”.
Cada
vez que caes enfermo, tus deseos y tus ambiciones pierden su fuerza
y construyes una casa de arrepentimiento.